martes, 23 de enero de 2018

cuidar de alguien que, a todas luces, ya ha muerto.



Un efecto secundario de la prolongación
espectacular de la vida ha sido el incremento de
la incurable demencia de Alzheimer

Los afectados por esta enfermedad viven durante años transformados en vegetales sin conciencia ni recuerdos, despojados de las facultades del alma que los definían como seres humanos.
El coste emocional y social que supone la asistencia a estos enfermos es muy alto. Los familiares no solo pierden a una persona que aman, sino que además, tienen que sufrir la amargura y la impotencia que supone cuidar de alguien que, a todas luces, ya ha muerto.

Luis Rojas Marcos (Todo lo que he aprendido)


Poco a poco, adoptamos una posición de compresión y tolerancia hacia las circunstancias de otros, y comenzamos a interesarnos por ellos, a entender su mundo y a practicar genuinamente la solidaridad.

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