– Si tengo demencia, quiero que mis
amigos y mi familia acojan mi realidad. Si pienso que mi esposa aún está viva,
o si pienso que mis padres vendrán a cenar, déjenme creer esas cosas. Me
sentiré mucho más feliz si lo hacen.
– Si tengo demencia, no quiero que
me traten como un niño. Háblenme como el adulto que soy.
– Si tengo demencia, aún quiero
disfrutar de las cosas que siempre he disfrutado. Ayúdenme a encontrar la
manera de seguir haciendo ejercicio, leyendo o visitando a mis amigos.
– Si tengo demencia, pídanme que
les cuente una anécdota del pasado.
– Si tengo demencia, y me agito,
tómense el tiempo necesario para descubrir qué es lo que me está molestando.
– Si tengo demencia, trátenme de la
manera que desearían ser tratados.
– Si tengo demencia, asegúrense de
que haya muchos bocadillos para mí en la casa. Aún ahora, si no como cuando
tengo hambre me enojo, y si tuviera demencia, podría tener problemas para
explicar qué es lo que necesito.
– Si tengo demencia, no hablen de
mí como si no estuviera en la habitación.
– Si tengo demencia, no se sientan
culpables si no pueden cuidarme las 24 horas, los 7 días de la semana. No es
culpa de ustedes, hacen lo mejor que pueden. Encuentren a alguien que pueda
ayudarme o elijan un buen lugar nuevo donde pueda vivir.
– Si tengo demencia, y vivo en un
centro de cuidados para personas con mi enfermedad, visítenme con frecuencia.
– Si tengo demencia, no se frustren
si confundo los nombres, los acontecimientos o los lugares. Respiren hondo, no
es culpa mía.
– Si tengo demencia, asegúrense de
que siempre tenga mi música favorita a mano para poder escucharla.
– Si tengo demencia, y quiero tomar
algunos objetos para tenerlos conmigo, ayúdenme a regresar-los a su lugar
original.
– Si tengo demencia, no me dejen
afuera de fiestas y reuniones.
– Si tengo demencia, sepan que
todavía me gusta recibir abrazos y apretones de manos.
– Si tengo demencia, recuerden que
todavía soy la persona que ustedes conocen y aman.